Parafraseando la frase del Principito —Lo esencial es invisible a los ojos— y sabiendo que se trata de lo que vemos con el corazón dejando, de lado el propio razonamiento y apatía propia de el mundo adulto y de una sociedad tecnológica dominada por la rutina y por lo que rezan los medios, lejos —en este siglo XXI— de la capacidad de pensar por nosotros mismos. Este informe se dirige a romper algunos moldes y tabúes de la actual ovnilogía y fenómenos afines a ésta. Ante todo dejo a tu criterio el creer en estos misterios, liberándote de clasificaciones para embebernos de la fantasía y magia ya perdida hace siglos.